Una vez que los/as niños/as han descubierto sus enfadadores (aquello que les descontrola) es el momento de analizar la intensidad de la ira al igual que las emociones que van asociadas a esta. 

En primer lugar, los/as alumnos/as pensarán en su nivel general de ira, es decir, con qué intensidad suelen responder ante diferentes situaciones. Seguidamente, marcarán el nivel donde creen que suelen estar. A continuación, se dividirá la clase en dos grupos, por un lado estarán todos los que en su medidor hayan coloreado entre 0 y 5, en el otro grupo, estarán todos aquellos que hayan marcado entre 5 y 10. Los que tengan menos de 5 como nivel general de ira, pensarán qué cosas hacen normalmente para controlarse, el equipo contrario deberá pensar que es aquello que les descontrola y por qué llegan a niveles tan altos de ira. Se hará una puesta en común y se reflexionará sobre el tema. Finalmente, se pondrá un medidor en el rincón de la calma. Allí los alumnos/as podrán tomar consciencia de su intensidad y contarán con herramientas de gestión emocional que habrán sido entrenadas con anterioridad. Espero que os sirva, os dejo la ficha, si la usáis me encantaría que me comentarais qué tal os ha funcionado. No olvidéis que para que un niño/a aprenda técnicas de regulación emocional necesita de un adulto que además de dominar sus emociones sepa controlar y empatizar con las del otro.